Sin duda es el sobrenombre que le daría a un actor que a mi entender, está algo maltratado por el mundo hollywoodiense.
Ed Harris, secundario donde los haya, ha conseguido tener un buen registro de interpretación, llegando a encarnar papeles de gran dificultad interpretativa… pero siempre secundarios.
Con ello no estoy quitandole valor a este role, es decir, el trabajo del "Actor Supporter" o "actor de soporte" posee una gran importancia en cuanto a que, como su propio nombre indica, ofrece el apoyo necesario al actor principal para la realización de su papel; sin él, la actuación del protagonista quedaría pobre.
Sin embargo, pese a su importancia, es un role que este actor ha llevado a cabo siempre de una gran forma, encasillándolo en este tipo de papeles y como consecuencia trabajando muy duro para conseguir papeles principales pese a su gran plasticidad interpretativa. Hay que destacar sin embargo su papel como protagonista del Film "Pollock", donde da vida al pintor del mismo nombre, y con el cual obtuvo una de sus nominaciones a los Óscar, esta vez como Mejor Actor Principal, en el año 2000. No obstante sólo se quedó en eso, en una nominación. Así también, su papel en el film Copying Beethoven (2006) deja de nuevo claro el gran abanico de posibilidades de interpretación que ofrece este gran actor.
Son muchos otros los papeles que Ed Harris ha sido capaz de interpretar de forma excepcional. De entre esa gran variedad de personajes se pueden citar por ejemplo sus papeles en la película "El Show de Truman", "Las Horas", "Abyss" (donde actúa como coprotagonista junto a la actriz Mary Elizabeth Mastrantonio) , "Una mente maravillosa" y en el film de David Cronemberg "Una historia de violencia" (2005), junto a Viggo Mortensen.
A la vista está la plasticidad de interpretación de este actor y su genialidad actuando, las cuales le han sabido otorgar el role de "uno de los mejores secundarios de Hollywood", aunque en mi opinión, aún queda darle un mayor reconocimiento.
M.S.R.
Absolutamente de acuerdo, poco o nada más se puede añadir a este estupendo artículo.
ResponderEliminarEd Harris es de aquellos actores que, en mi opinión, el único premio que recibirán será el Óscar honorífico Irving Thalberg como premio a toda una carrera, y, aunque espero equivocarme y reciba muchos más, quisiera explicarme.
En lo que respecta a Pollock, haber ganado el Óscar a mejor actor principal no hubiese dejado de ser cuanto menos tópico y manido, por aquello de premiar a los actores que participan en biopics, pese a que su labor interpretativa y como director lo pudiera merecer. De todas formas, la sombra del posible tercer galardón de Tom Hanks por Náufrago y la premiada interpretación de Russell Crowe por Gladiator en un género cuasi abandonado, que no olvidado, recordando viejos héroes como Espartaco o Judah Ben-Hur, eran motivos suficientes para no premiar su actuación.
Presumiendo de haber visto menos películas que mi socia con respecto a este actor puedo mencionar tres de ellas donde destaca su gran labor como actor secundario, y son, por orden de estreno, Apollo XIII, La Roca y El show de Truman, amén de otras tantas que tendré que ver y que reforzarán o retractarán mi teoría.
En todas ellas él aporta todo su arsenal interpretativo, incluso en la segunda le aporta lo necesario a Michael Bay para mantener la "americanada" a flote, pero siempre se topa con el mismo problema, su modestia a la hora de querer destacar por encima de sus compañeros, cuestión que, en mi opinión, no se tiene muy en cuenta para premiar a los actores, sino todo lo contrario.
En Apollo XIII se echa a las espaldas la tensión que la película desarrolla y la transmite al espectador de una forma abrumadora (incluso espero que el Billy Bob Thornton de Armageddon se fijase en él para su interpretación), pero no podía ser más protagonista que Tom Hanks y los demás astronautas. Además, la interpretación camaleónica de Kevin Spacey en Sospechosos Habituales fue muy superior a todos los efectos.
El Hummel de la Roca es una interpretación llena de garra, pero su modestia sale a flote de nuevo, vale que no quisiera eclipsar a Sean Connery pese a saber mantenerse a su altura como Némesis, pero a Nicholas Cage le podrías haber bajado del pedestal en el que se encuentra por el mero hecho de pertenecer a la familia Coppola, o eso al menos es lo que a mí me ha demostrado. De todas formas en ningún caso fue una actuación digna de nominación, pero ahí está.
Y por último Christof, el hacedor, el Dios de su propio universo en forma de cúpula, quien hace y deshace desde su butaca boina en ristre, pero frente a él, en primer lugar, un Jim Carrey que, lo mismo que pasara con Man on the Moon, mostraba al mundo su capacidad para interpretar papeles dramáticos rozando el sobresaliente, y por último, un James Coburn que, pese a no haber visto Affliction y sin poner por ello en duda su actuación, se intuía que recibiría el galardón como reconocimiento a una carrera a las puertas del ocaso, como ya pasara con Ingrid Bergman por Asesinato en el Orient Express o con John Wayne por Valor de ley, por citar algunos ejemplos.
Pero donde a mí realmente me sorprendió fue cuando se enfundó el traje del mayor König, el único francotirador alemán (lo hace tan bien que hasta dudas que sea americano) capaz de poder tumbar de un disparo a Vassili Zaitsev, el último soldado en pie que defendió Stalingrado en la batalla homónima, y que aún es recordado por su hazaña.
De todas formas, para aquellos que valoren buenas interpretaciones por encima de buenos filmes, Ed Harris es un valor seguro, y ahora que está despegando su carrera como director, podremos valorarlo también en otra faceta diferente, donde espero que sepa mantener el listón al que nos tiene acostumbrados.