CARTEL
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CRÍTICA
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| "El amor es ciego", esa debió ser la frase que el grandísimo Charlie Chaplin tuvo rondando en su cabeza cuando se le ocurrió crear una de las historias de amor más bellas del séptimo arte; de hecho estamos hablando de una de las mejores películas de su género, y por descontado del cine mudo, de la historia, que en la actualidad sigue generando un enorme impacto a todo el que la ha visto, una o varias veces, como ha tenido la suerte de ocurrirle a un servidor. Charlie Chaplin y Virginia Cherill interpretan la preciosa historia de amor entre un vagabundo y una hermosa florista ciega, que para evitar ser desahuciada y poder recuperar la vista mediante una operación se dedica a vender violetas en la calle. Movido únicamente por el poder del amor, el vagabundo pasa por mil y una vicisitudes, cada cual más increíble que la anterior, para ayudar a su amada en tan ardua empresa. Una de las virtudes de esta película es que, con los escasos recursos que había en aquella época (estamos hablando de 1931), por citar algunos ausencia de color y sonido y un maquillaje y fotografía precarios, Chaplin fue capaz de narrar una historia de amor que aún en estos tiempos es capaz de competir, y de hecho ganar por goleada, a las existentes hoy en día, sin ánimo de menoscabar a ninguna de ellas. Quizá la clave fue la situación tan delicada de ambos enamorados, que sólo tenían el poder del amor como motivo para seguir viviendo, que ya es decir bastante en su favor. Para ensalzar más el detalle romántico, Chaplin se permitió el lujo de incluir en su película la mítica cancioncilla de "La Violetera" de José Padilla, y lo digo así porque, como dato curioso y en honor a la verdad, lo hizo sin el consentimiento ni mención en los créditos de la película de dicho autor, hecho que parece ser se corrigió en posteriores versiones remasterizadas del film. Aquello desembocó en un juicio fallado a favor de Padilla, pero lo que importa es que ambas partes debieron salir ganando con el magnífico resultado. Una película para toda la familia, que combina drama y comedia como pocas y nos aleja temporalmente de los clichés románticos existentes en la actualidad. Una hermosa historia que espero disfruten, y en definitiva una gran película, imprescindible en la mente de todo cinéfilo que se precie.
Miguel Fernández
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Frase al azar
domingo, 4 de septiembre de 2011
Hoy comentamos: Luces de la ciudad
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