Frase al azar

viernes, 16 de septiembre de 2011

Hoy comentamos: Testigo de cargo

CARTEL
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CRÍTICA
A lo largo de la historia del cine, las películas de índole judicial han ido engrosando poco a poco las listas de sus respectivos géneros, ya sean el drama, la intriga, el thriller, o incluso en menor medida, la comedia, incluso hay tantas que podría crearse un género para sí mismas. Esto hace, y sobre todo cuando se trata del cine clásico, que elegir la mejor de todas ellas sea una tarea bastante difícil. Tres de ellas podrían disputarse el número uno del Hit Parade, "12 hombres sin piedad", "Matar a un ruiseñor" y "Testigo de cargo", y como al final, lo que se va a pretender en este blog es comentarlas todas, hoy le toca el turno a esta última.

De hecho, el guión no escapa del tópico de este tipo de filmes, una persona acusada de asesinato (cuyo motivo en este caso era cobrar una herencia millonaria) contrata al mejor abogado para que le defienda y demuestre su inocencia. Pero todos sabemos que Billy Wilder no se conforma con un guión simplón, más si cabe cuando acostumbra a ser, en la mayoría de los casos, el guionista de sus propias películas, y para salirse de nuevo de su género habitual, la comedia, para volver a adentrarse en el de la intriga, como ya hiciera con dos obras maestras del cine clásico, "Perdición" y "El crepúsculo de los dioses", tuvo que hacer un gran esfuerzo no solo para igualar las anteriores, sino para superarlas.

Y para llevar a cabo tamaña empresa qué menos que recurrir a los mejores en ese género, por tanto, para la dirección se inspiró en Alfred Hitchcock y para el guión en uno de los relatos cortos de Agatha Christie, casi nada. De esto no podía salir otra cosa que otra obra maestra, y así fue. De hecho, cualquier persona que vea la película y desconozca que la dirigió Wilder, puede pensar perfectamente que está dirigida por Hitchcock, al igual que podría ocurrir con "Charada" de Stanley Donen, entre otras.

El elenco principal de actores estaba formado por Charles Laughton como el abogado que acepta el caso pese a tener prohibida la actividad laboral debido a sus problemas de salud por parte de su doctor y, sobre todo, de su enfermera privada (Elsa Lanchester, su esposa en la vida real), Tyrone Power como el acusado y Marlene Dietrich como el "testigo de cargo", quien desempeña un doble papel en la película, que lógicamente, aquí no vamos a desvelar. Como dato curioso, tanto los problemas de salud como la asistenta de Laughton fueron invenciones de Wilder que Agatha Christie acogió de buen grado.

El impacto causado en la película fue tal que se inició una cruzada publicitaria para que no se revelase el final de la película a todo aquel que no la hubiese visto. Incluso a los actores no se les incluyó en el guión hasta el momento de su rodaje. Esta iniciativa pudo haber sido el motivo por el que Marlene Dietrich no fuese nominada al Óscar a la mejor actriz, aunque, para saber el por qué y con la sana intención de no desvelar el final de la película, sólo lo podréis comprender cuando la veáis.

Lógicamente, fue una de las grandes favoritas en la gala de los Óscars de 1958 con 6 nominaciones, y hoy en día es considerada una de las mejores adaptaciones de una novela de Agatha Christie de la historia.

Amigos del blanco y negro, amantes de la intriga y de las novelas de Agatha Christie, si realmente os gusta el buen cine, no haber visto esta película es un delito más grave que ser acusado de asesinato, así que... ¿a qué esperan?
Miguel Fernández

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